TRASMISIONES DEL EJERCITO
Las banderolas representan al medio
óptico más utilizado en el campo de batalla, no solo por nuestro
Ejército sino también por las Fuerzas Armadas de la mayoría de los
países del mundo, que, junto con la antorcha, marcan el nacimiento del
Cuerpo de Señales. La flama ardiente nos brinda la luz que ilumina el
camino que conduce a las tropas de Comunicaciones en la búsqueda del
conocimiento. Simboliza la fuente de la sabiduría; la antorcha es la
depositaria del fuego del saber.
El dorado es distintivo de nobleza.
Representa la magnanimidad, el poder, la luz, la constancia y la
sabiduría, para superar los obstáculos y alcanzar las metas y objetivos
propuestos por y para los soldados de Comunicaciones.
Todas las armas se identifican por un
color característico. La combinación de todos ellos da como resultado el
color lila, que representa la integración y el enlace que las
Comunicaciones prestan a todas las armas y los servicios. El lila
simboliza magia, misterio, sofisticación, ciencia e inteligencia.
HISTORIA
El Arma de Comunicaciones, como arma de
apoyo de combate, se torna indispensable para el ejercicio del mando, la
coordinación y el control de las operaciones militares. En tiempos de
guerra, es la primera en entrar y la última en salir; y en tiempos de
paz, es la responsable de apoyar eficientemente la ejecución de
las actividades administrativas de la institución en la conducción
militar, utilizando todos sus medios.
Esta Arma tuvo un proceso de
crecimiento, desarrollo y llegó a una etapa en la que, como efecto del
desarrollo y el fortalecimiento del Ejército, era imperiosa la creación
de una especialidad. Su entrenamiento, equipamiento y misión
debían posibilitar el ejercicio del comando y el control.
El 14 de junio de 1910, el Presidente
Constitucional de la República del Ecuador, General Eloy Alfaro Delgado,
consideró la necesidad de reglamentar y organizar las comunicaciones
militares. Para tal efecto, emitió el primer decreto
ejecutivo relacionado con esta importante actividad. Estableció la
conformación de la Plana Mayor de las secciones de
electricistas-telegrafistas en campaña. Del contenido de este decreto y
de los tres que le precedieron, en este período apareció la
primera Unidad Militar de Transmisiones al servicio del Cuartel General
del Ejército. La que, con el pasar del tiempo, se constituyó en la
actual Dirección de Sistemas de Información y Comunicaciones del
Ejército.